Papel del pediatra en el proceso diagnóstico del retinoblastoma.

Dres. G. Chantada, A. Fandiño, L. Urrutia, J. Nasanoski*, J. Manzitti, E. Schvartzman

RESUMEN
Objetivos: Describir el proceso diagnóstico en pacientes con retinoblastoma y el papel del pediatra en el mismo. Valorar los conocimientos acerca del retinoblastoma en una población de médicos residentes de pediatría. Material y métodos: Estudio prospectivo transversal. Encuesta administrada a los médicos residentes e interrogatorio a familias de pacientes con retinoblastoma. Resultados: Se estudiaron 69 familias. Consultaron al pediatra 39, siendo derivadas al oftalmólogo 17. Treinta pacientes consultaron al oftalmólogo. En 12 de ellos, no se practicó fondo de ojo y se restó importancia al cuadro. Los pacientes que consultaron al pediatra eran significativamente más jóvenes y tenían mayor frecuencia de enfermedad bilateral. La mediana del tiempo transcurrido entre la aparición de los síntomas y la consulta fue de 9 semanas De los 41 médicos residentes encuestados, 30 reconocieron a la leucocoria como manifestación más frecuente del retinoblastoma y sólo 11 al estrabismo. Sólo 9 residentes respondieron adecuadamente la edad de presentación del retinoblastoma bilateral. No hubo asociación significativa entre el año de residencia y la probabilidad de responder acertadamente las preguntas. La gran mayoría había recibido información sobre el retinoblastoma en la facultad o en la residencia. Conclusiones: La mayoría de los pacientes con retinoblastoma son llevados inicialmente al pediatra, en especial los niños más jóvenes. En un alto porcentaje el pediatra no derivó al niño al oftalmólogo para su evaluación. Existió además una demora en llevar a la consulta a los niños por parte de la familia.Los médicos residentes de pediatría tienen escasa información acerca del retinoblastoma, independientemente del año de residencia o del hecho de haber visto pacientes con esta entidad. Los mayores problemas se hallaron en el reconocimiento del retinoblastoma como una enfermedad del niño pequeño y en asociar al estrabismo como signo de presentación del retinoblastoma. Deben instrumentarse campañas de difusión para la comunidad médica y para el público.

251 Medicina Infantil 1997; IV [PDF


Servicios de Hemato-oncología, Oftalmología
y Area de Clínica. Hospital de Pediatría Juan P. Garrahan
*Jefe de Residentes de Clínica Pediátrica.